ALBERTO R. LEVY
Ya sea en la familia, la empresa, el aula, el equipo deportivo o cualquier otra organización, el líder tiene una gran responsabilidad, porque los esfuerzos de todos se desarrollan en armonía y redundan en favor del verdadero y perdurable éxito individual y común, cuando el liderazgo se ejerce desde la comprensión del otro y se legitima a través del ejemplo, con el ejercicio y difusión de aquellas actitudes y conductas capaces de contribuir al ennoblecimiento de la humanidad, hoy y en el futuro. El sistema de valores trascendentes y universales sobre el que están sustentadas las charlas entre un padre y su hija adolescente es único, constituye al mismo tiempo el soporte y fundamento de la conducta privada y del liderazgo organizacional, dado que no es posible disociar entre una ética de la vida personal y otra de la profesional. Ese es, precisamente, el mensaje esencial que comunican estas páginas.