ALAN GARCIA
La solidaridad en Mari Alva no es una palabra que se pronuncie sin consecuencias, es efecto de sentimientos mucho más nobles y profundos, es arraigo de patria y tierra, es sensatez y buen rumbo de convicciones en familia, amigos y allegados. Este libro es prueba fehaciente de actos convertidos en sonrisas, agradecimiento y para terminar con afecto, en lazo de colores para las personas que reciben un presente inesperado. Dos lagartijas que se peleaban no solo es un libro solidario, también es un rellano,
un descanso, un oasis de sentimientos que poco a poco se convierten en espléndido colectivo.