MALENA AGUILAR
Lima, invierno de 1992. Una mano amputada y primorosamente envuelta llega a un teatro de Lima, al final de una presentación musical. Ese macabro regalo dará inicio a una investigación imposible, donde todas las pistas parecen conducir a un callejón sin salida.
Aunque por su argumento lo parezca, Piedra papel tijeras no es un policial al uso. Con el pretexto de este rebuscado crimen, que abre el libro y nunca abandona la mente del lector, Malena Aguilar nos sumerge en otra clase de misterios, igual de sorprendentes e indescifrables: me refiero a aquellos de las familias que, por un azar o un cálculo, deciden barrer el pasado debajo de la alfombra, pensando que así podrán escapar de los vicios y el pecado, con su largo rastro de vergüenzas, habladurías y señalamientos.
Nada es lo que parece en Piedra papel tijeras, donde una investigación criminal sirve de pretexto para emprender un viaje que nos llevará por las alturas y los llanos de la geografía del Perú, nos hará viajar por el tiempo desde los tiempos aurorales del gobierno de Fujimori hasta la actualidad, y nos adentrará en las honduras y turbiedades del alma humana.