LEGNA RODRIGUEZ IGLESIAS
El «tsunami Legna», una nueva y poderosa voz que llega de Cuba con un estilo radical y moderno que no se parece a ninguno, nos habla del sexo, el amor, la política y la vida cotidiana en Cuba como nunca antes se había hablado.¿Qué supone abandonar el país de origen? ¿Qué supone volver? ¿Escribir? ¿Robar? ¿Mentir? ¿Traicionar? ¿Matar, si es necesario?Las historias interconectadas que conforman este libro exploran contradicciones de la vieja y la nueva Cuba, donde política, cultura, familia, amor, sexo y burocracia se entremezclan para formar un universo complejo e implacable.Una mujer asesinada por su marido tras una infidelidad, una chica que, tal vez, padece una enfermedad de transmisión sexual, un perro que cuenta la vida de su dueña, sus amores y sus rupturas. Estos son algunos de los protagonistas de este libro, una constelación de seres heterogéneos que luchan por escapar de las limitaciones que les plantea su vida: todos los secretos y las mentiras, la omnipresente violencia, un dolor no diagnosticado e inaguantable y el miedo a ser objeto de una venganza.Con Mi novia preferida fue un bulldog francés, Legna Rodríguez Iglesias ha creado una obra valiente y libre, hilarante y profunda al mismo tiempo, que narra la lucha que todos emprendemos para revelar al mundo nuestra verdadera esencia, aquello que somos por encima de cualquier cosa, aunque procuren impedírnoslo. Crítica:
«Transgresora, irreverente, excéntrica, un monstruo de desenfado [...],Legna es también una gran trabajadora de las palabras: estas pueden ser caprichosas, risueñas, misteriosas y sobre todo frágiles.»
Yoandi Cabrera, Diario de Cuba«Mi novia preferida fue un bulldog francés es un examen valiente, hilarante y profundo al mismo tiempo, de los límites del hogar.»
Culturamas«Una explosiva aproximación a la política cultural, familiar, sexual y burocrática de la vieja y de la nueva Cuba.»
Vanity Fair«El conjunto conforma una unidad por la fuerza subjetiva del estilo, a pesar de la disparidad de tratamientos. Todo en el límite de la imprecación, del desasosiego.»
Paco Solano, Babelia, El País