MANUEL FERNANDEZ MUÑOZ
Dicen algunos que Jerusalén es un sentimiento y puede que lleven razón. Desde el Monte de los Olivos, la estampa del antiguo emplazamiento del Templo de Salomón, hoy coronado por la Cúpula de la Roca, despierta una sensación en el alma tan profunda que quizás solo un libro sea capaz de contenerla. Detrás de mí se alza la Mezquita de la Ascensión, donde la tradición asegura que Jesús subió a los cielos. Y a un lado del camino la iglesia del Dominus Flevit, donde suponemos que el Señor lloró. Tocando la piedra que tengo delante me pregunto quién fue realmente Jesús de Nazaret. Numerosos eruditos han escrito libros acerca del Mesías cristiano, pero lo que realmente me gustaría saber es quién fue el hombre que se esconde detrás del mito. En este lugar el alma se mueve, por eso te invito a que me acompañes en una noche mágica donde recorreremos juntos los lugares más sagrados e iremos repasando una por una las profecías que debió cumplir para poder ser el Mesías de Israel. A lo largo del camino revelaremos secretos que no se ajustarán a lo que todos conocen, como su legítima pretensión de reinar y su voto de nazireato.