PEDRO SUÁREZ VÉRTIZ
Ignacio es un niño muy sensible que tiene una conexión particular con la naturaleza. Vive al lado de un grande y hermoso parque que despierta su imaginación y curiosidad; en él cada día experimenta distintas aventuras. Pero lo que verdaderamente lo cautiva es el árbol que tiene frente a la fachada de su casa. Lo ve siempre con asombro, como si esperara a que este por fin se decida a revelarle sus misterios. Un buen día recibirá algo parecido a la respuesta que tanto ha esperado, y al contar el prodigio a sus amigos recibirá una serie de burlas que, sin embargo, se convertirán en asombro cuando ellos también experimenten un hecho fantástico relacionado a un reloj y el vuelo de unas aves.