PHILIP K. DICK
Jack Isidore no ve el mundo como la mayoría de las personas. Según su cuñado Charley, es un artista de mierda, que está obsesionado con sus propias teorías e ideas extravagantes, que registra celosamente en sus muchos cuadernos. Está tan mal preparado para la vida real que su hermana y su cuñado se sienten obligados a rescatarlo.
Pero aunque Fay y Charley Hume presentan una cara feliz al mundo, demuestran que están tan aislados de la realidad como él, sujetos a unas obsesiones que solo son un poco más aceptables que las de Jack, pero mucho más desagradables. Sus luchas y traiciones constantes demuestran ser una amenaza para su propio matrimonio y las relaciones de todos los que los rodean. Cuando se llevan a Jack a su casa, éste se encuentra en medio de una vorágine de angustia burguesa de la que quizás no podrá escapar.