DAVID HALBERSTAM
Michael Jordan es responsable de algunos de los momentos más inolvidables de la historia del baloncesto y uno de los causantes de que la NBA sea lo que es hoy en día. Cuando la gente piensa en Jordan, recuerda tiros espectaculares, el baile de su cuerpo con la pelota, su sintonía con la cancha, su increíble vuelo hacia la canasta. Antes de contratos millonarios y patrocinios lucrativos, poca gente esperaba frente al televisor los partidos de la NBA, que rara vez se retransmitían. Y entonces llegó Jordan. A partir de ese momento, todo cambió y se inauguró una nueva era, capitalizada en el talento del 23, en su voluntad y competitividad sin igual. Detrás de su grandeza, se escondía un líder nato.