ALFONSO W. QUIROZ
En 1850, el país vivía una bonanza sin precedentes con la exportación del guano, un fertilizante preciado internacionalmente. En lugar de invertir ese dinero en la construcción de un crecimiento sostenido, el gobierno decidió pagar o «consolidar» la deuda que había contraído con individuos, quienes, a falta de bancos, le habían prestado dinero al Estado durante las guerras de independencia.