ENRIQUE JOSÉ DÍAZ LEÓN
Desde sus más remotos orígenes, la humanidad se sintió fascinada por la influencia de los astros en la naturaleza. Desde las más pretéritas civilizaciones observamos la bóveda celeste, dibujando constelaciones y escudriñado entre los astros, en busca de respuestas sobre nuestra propia existencia. En ese camino, colosal y formidable, descubrimos el universo, y hoy nos sigue enamorando como lo hizo a los primeros homínidos que levantaron la vista hacia los cielos más oscuros de todos los tiempos.