GALARZA, SERGIO
Todos estamos listos para partir. Para reconocer los bordes de la tierra. El destino está definido desde hace mucho. la embarcación ha zarpado hacia el sur, aquel lugar donde termina el mundo, y donde quizás estos poemas encuentren retorno, y menos un consuelo en la agonía, en la pura soledad. Carlos Olivera ha mutado en hombre de mar, y ha tomado la más trágica de las decisiones, extrañando esas ciudades que han tatuado su piel, extrañado a rabiar a los amores de cada puerto, ha partido y lo ha abandonado todo.