COMYNS, BARBARA
Esta es, en efecto, una novela de economía de subsistencia, llena de facturas sin pagar, gente sin trabajo y caminatas de una punta a otra de Londres por falta de una moneda para pagar el autobús. Pero no es una novela que juegue al miserabilismo. La peculiar voz de su narradora parece aquejada de una especie de síndrome de felicidad que impregna hasta sus momentos más tristes. Una novela excelente, realmente divertida y muy original. Su prosa es sencilla, concisa y certera, sin aparato retórico y, por debajo de su aparente informalidad, hay una férrea y dificilísima coherencia.